Pobres Gordos, Hugo no respeta a nadie ni a nada, ni siquiera a su hermano Pablo, al que mira con ojos de adoración pensando "es mi ídolo, quiero un autógrafo de mi cistianoronaldomessi juntos".
Lo mira al despertarse y se le encienden los ojillos, hasta le seca las lágrimas y lo achucha si lo ve triste (y luego nos mira a nosotros indignao culpándonos de esa tristura por no haber sido capaces de solucionarlo, jo, que su hermanito mayor llora!!). Da igual si se tropezó con una piedra y el pobre rechista, teníamos que haber limpiao el mundo para que su hermanito no se cayera. Y es que se da la vuelta y nos mira mal!!!
El pobre Pablo lo tenía anotado con marcador amarillo en su agenda organizada: Hugo debe andar para llevar las arras en la boda, Hugo ha de ir cogido de la mano por nosotros, es un camino corto, Hugo va a andar, nos queda un mes, lo vamos a conseguir!!!
Pobre infeliz mío!
Pablo lo cogía cada poco, lo levantaba con la manita, lo mimaba, le daba sermones, le decía de todo,... ¿y el ñajo? Pasando, ni con una chocolatina cual liebre delante del galgo.
¡¡¡Aynsss, qué desquiciantes son estos niños cuando quieren!!!
Algodondeluna@mail.com ó 606619349
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