jueves, 10 de noviembre de 2011

Santa Mamá, la muñeca broche colgante Gallega y mis benditas casualidades.

Si no creéis en las casualidades es mejor que dejéis de leer esta entrada del blog. Esto ha sucedido hace un mes, pero aún no me he repuesto! Con deciros que ya casi no os cuento nada de Santa Mamá porque intento ir antes a llevar a Hugo o recogerlo un pelín después para no coincidir con ella, por no darle un bofetón...

Hace unas semanas, nos fuimos de kikiplan a Estambul seis días de sorpresa, y cuál creéis que fue la primera sorpresa????

Que Barajas es grande? Sí.
Que la T4 es inmensa? Los cojones!

Entramos a las 8h de la mañana al aeropuerto (me encantan los aeropuertos, me pasa lo mismo con los mercados de abasto y las estaciones de ferrocarril) y nos encaminamos a facturación:

- Hola, buenos días. 
- Hola, buenos días, su dni -me dice la auxiliar de tierra.

Y, según me giro para ojear el ambiente...

¿¿¿Casualidad??? No creo, si hasta sentí nauseas! Amos, no me jodas!!!! (sí, lo sé, soy muy mal hablada).

Santa Mamá con toda la prole en el "Airport", según ella...

Imaginaos cómo me sentó verla que desde ese momento empecé a oir todo como ralentizado, como las pelis esas en las que el prota oye ruidos y voces lejanas. Internamente pensaba, ha venido a acompañar a alguien que se va de viaje, ¡será por aviones! Pero yo ya no pensaba, sólo corria y Lingas se descojonaba del todo (claro, como él no oía "voces"...).

Ni adiós, ni dónde váis, ni ná. Sólo quería salir corriendo, no verla, no oirla, no intuirla! Mano al Pichu, más bien agarrón,  y deprisa deprisa, ¡vamosssssss!

Hasta que una señora como la srta. Rotenmeyer de Heidy me mete una leche con la mano en el "Push up " que casi me jode una costilla. - ¡Levante los brazos! La tipa gruñona desagradable de las narices (que seguro que no había empezado peor el día que yo por haberme encontrado con S.M.) me sigue gritando: - ¡¡¡Botasssss!!! (Y yo pensaba en Dora la exploradora). Claro, se me había olvidado que estaba en el "International Airport of Madrid" y me tengo que quitar las pisamierdas, señora, P I S A M I E R D A S. "Bootaaaassss", me vuelve a gritar. Y ya me las quito y me calzo los plasticos esos que dan para no ir descalza. Ale, a empezar a resbalar, me sentí como Daniel San, pero en esta ocación encerando el suelo con los piés al son vals de los cisnes.

Vuelta a correr, me acuerdo de S.M. Aaaarrrrggggg.

¿Cómo puede una pitar en el arco de seguridad si la han desnudado entera? Ya está, los aros del sujetador! Viene la mujer barbuda a meterme mano. Con perdón, me dice, y la perdono, lo que no perdono es su falta de higiene (qué mal olía!). ¿Y por qué no viene el muñeco jovencito a manosearme en vez de esta asquerosa? ¡Ayns, qué mala suerte tengo!

A comprar la prensa. En el mostrador mi revista y adivinad quién planta al lado su Vanity Fair y su Vogue... Sí!!!!! Era ella. ¿Y de quién era la Pronto de al lado? Xacto! Me encantan los marujeos, enterarme de las "desgracias" de la Esteban, sus desvaríos, chorradas de unos, tonterías de otros,..., hacen que desconecte de mi mundo jurídico y que me relaje un poquito. No pensar...

Desayuno tranquilo, mejor me tomo un sumial y una manzanilla y al vión. No quiero pensar que estamos en la misma zona,.... Lingas está revolcado desde hace más de una hora, no para de reirse y quiero abofetearlo (son tantas veces a lo largo del día... Jeje).

Hace tres años que no me montaba en un vión. Ahora, además de tocarte los pies, te colocan para embarcar cual trenecito infantil: entrada bussiness, vip y chusma. De repente Lingas se pone a llorar de risa! Sí, el mismo avión y ya están en la cola los 7 happy family (2 gemelos, el compi Hugo, la niña, la pareja y la filipin); por supuesto ellos están en la cola VIP.

God save the Queen! A mi lado iba un asiento libre y a su lado una periodista de renombre (con la que hice pandilla, más coincidencias de mi vida). Estábamos atrás de atrás de los atrases, al lado del servicio; con deciros que éramos los encargados de decir a los pasajeros que visitaban el aseo: "Gracias por su visita".

No paraba de pensar si la zona vip tendría baño propio o tendría que venir a usar "el mío", el de la zona pobre. Digo yo que les pondrán un orinal debajo del asiento, no? Pensaba si Estambul, ciudad con más de 12 millones de habitantes y repartida entre 2 continentes, sería lo suficientemente grande y tendría bastantes hoteles como para tener que "sufrir" otra casualidad, que yo soy muy gafe para esto! Los niños vip que corren por el avión no les dejan salir de su zona especial, no? O quizás sea todo lo contrario, les "sueltan" en la parte de la clase no privilegiada para que molesten, digo, entretengan al pasaje con su correteos y gritos no controlados por sus progenitores.

Nos preguntan si queremos té o café y Lingas suelta una sonrisa picarona y se empeiza a reir. Mi cara de póker le hace sospechar que quiero una explicación a su reacción. Bueno, realmente le dije: ¿y ahora de qué te ríes, bobo? Me explica que esa preguntita le recuerda a una escena de una peli porno en la que se ve a una azafata que va a la cabina del avión y pregunta gentilmente al piloto y copiloto: ¿Café, té o yo? Yo no le pregunto ciertas cosas, no me gusta la información sobrevenida. No sigo preguntando, no quiero saber si la camarera del aire es sugerente, si la peli la vió hace poco o si prefiere la tercera opción (con la azafata, claro!).

¡Qué bonito es Turkía y qué genial es viajar conmigo!

Continuará...

 No quiero ser una acelerada, pero es que mi vida va muy rápido.







Mirad que muñeca Muñeiriña más salá! Con nácar y esperando pasar a tu solapa como broche o como colgante.

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