En unas horas, el 2014 será pasado...
Por suerte o por desgracia, pero lo será.
Hace años, andaba recordando buenas épocas o momentos increíbles.
Y no los pienso olvidar, desde luego, al menos eso espero.
Pero no vivo anclada en el pasado ni recordándolo, me supone angustia.
Siempre vivo y lo absorbo todo, no me dejo llevar, lo vivo.
Tienes temporadas mejores y peores, como en las series, pero son pocos capítulos malos y acaban pasando y empieza una buena temporada que hace que te enganches de nuevo, la disfrutes y esperes el próximo capítulo.
En general, creo que casi siempre he sido feliz, hasta cuando creía que no me despertaría, de verdad, soy muy afortunada, soy una disfrutona.
Me pirran las estaciones y vías del tren, me gustan los trenes antiguos, me gusta imaginar viajes y me encanta mirar por las ventanas viendo los colores de los paisajes, sin pensar en nada, sólo dejándome llevar.
Pero odio los relojes, odio su ruido, el tic tac del tiempo me agobia, me pone nerviosa y eso, en mi mundo, es casi el caos absoluto, jajaja.
Me gusta el control y ese movimiento de manecillas no puedo controlarlo.
Escapa de mis manos y, quizás, es por eso que me aterra.
Me gusta la improvisación y por eso me gustan las vías, porque nunca sabes dónde te pueden llevar, ni que camino te espera.
Bienvenido nuevo día, siempre avanzando.
Te estaba esperando...