Té Chai o no Te echai.

Lo sé, el título es un chiste muy malo, pero no soy nada graciosa. Pero vamos, tiburÓN y tiburOFF no me parece tampoco gracioso.

Cuando empecé a hacer deporte (lo de correr estamos en ello) y aprender a comer, me empecé a interesar por el té. Os explico, no me gusta el té, la familia de Lingas es mega Tetera (y un cucharón, un plato hondo,..., vale, no soy graciosa) e incluso en nuestra boda (por los detalles que dimos) regalamos té (en unas cajas de lata increíbles) con un pergamino y una historia (casi me enrollo y os la cuento). Bueno, sigo que sino me voy por la tangente, en esas estábamos aprendiendo a comer y reapareció en mi vida el té.
Pero no me gusta, lo intento, he tenido épocas que lo tomaba en plan Pity (pija con aires de importante, en mi propio idioma) y me pedía un té americano (con leche y canela para camuflar el sabor). Me tomo un té de Navidad, Rooibos, con vainilla.

Ya os contaré lo de mi destino y el té, pero el caso, que el té Chai en cuestión, me encanta. Me resulta muy caro ir a un Starbucks y tomarme uno, además odio esas cadenas y me sale a agua chirry el café; así que me lo hago yo mismamente cuando quiero algo dulce y así no me tomo un bollo y se me pasan las ganas.

Abro las bolsas de té negro y empiezo a ponerle las cosas que me resultan geniales: cardamomo (unas vainas y granos sueltos), canela en rama y canela en polvo, jengibre en polvo, clavo, anís y un poco de pimienta negra, vainilla, cáscara de naranja seca,... Dicen que se le debe poner nuez moscada, miel y azúcar moreno. Lo mezclo y lo guardo en un bote y luego voy usando. Caliento agua y dejo unos tres minutos un par de cucharadas y en verano en plan granizado me pirra.

Éste es de Mi Lidl (no hijos, no lo entendemos, cada semana los nombramos, pero no nos mandan ni una lata de té).

Otras veces me lo compro.

He probado de distintas marcas.

Y lo he encontrado ya hecho y baratísimo, (por eso me he comprado 4 paquetes de 100 gramos a 1€) me lo endulzo con stevia o con unas gotas de edulcorante y un chorrín de leche y es perfecto.

Ya os cuento otro día dónde tomarlo increíble en Madrid.

Un besazo,
Luna.