Fotos para cerrar los ojos y que llore el alma.

No voy a entrar en discusiones políticas ni responsabilidades, pero el viernes empecé a pensar en los niños. Este post es uno de los más duro que he escrito, pero ellos no podrán ir hoy al cole.

La foto de Kong me hizo sentir muy mal, ¿sabíais que el autor se suicidó tiempo después?

Estoy angustiada, triste, desesperada y con un sentimiento de malestar y culpa que no es ni medio normal. Hasta me parece hipócrita, la verdad. Anda que no vemos mil fotos de niños que mueren al día en todo el mundo por mil razones, pero esas fotos ha hecho que ahora me sienta así.

A veces las fotos se critican por la esencia, por el sin sentido, por lo adverso o quizás porque, aunque lo queramos, no nos apetece verlo o que nos lo digan. En el fondo como adulto, me siento culpable.

Phuc también removió el mundo.

Pienso que para eso está el gobierno y las autoridades, pero que queréis que os diga, no confío en ellos y mucho menos me dan seguridad para sentir que resuelven los problemas de modo óptimo con rapidez, rotundidad y fiabilidad.

Recuerdo esta imagen. Jamás he sido muy sensible al tema niños, pero recuerdo a Omayra, ella sin saberlo, por mí hizo algo.

Esta niña en el Nevado del Ruíz, recuerdo cómo sentía que tenía que pedirla perdón, por no saber, por no poder hacer nada, pero me sentía culpable, sentí que la dejé morir. Sé que lo hacemos a diario con millones de niños más, que lo vemos y no hacemos, lo sé...

Las imágenes son duras, muchísimo, pero a veces abren el alma y conmigo lo han hecho. A veces te hacen recordar horrores que has vivido, sentido, leído o imaginado.

No veo la tele, lo sabéis, pero nuestro Facebook se empezaba a inundar de fotos de refugiados y se me helaba el alma, pero se me helaba sin más. Hasta he sentido rabia por las personas que ayudaban y atendían por no llorar, por poder hacerlo, me han desubicado y destrozado a partes iguales.

Pero la foto de Aylan...

Y llevo tres días sin querer saber por qué la realidad es tan dura que hace que me plantee si me entran más niños dentro. No quiero ver más, no puedo saber más nombres, no quiero recordarlos y sentirme tan mal. De verdad, "Yo, ya".

Me da tanta vergüenza, me doy mucha vergüenza...
Perdonadme, pero no sólo os cuento mis risas.

Besos,
Luna.