lunes, 13 de abril de 2015

Las gilipolleces.

Claramente sabemos qué podemos y qué no podemos pedir, pero  a veces las personas y las normas son gilipolleces.


La burocracia y las normas están bien para no caer en el caos, pero cuando llegan al absurdo son eso, absurdas sin más.


Muchas veces, el que manda por los demás debería hacerlo por lógica y si no la tiene que no lo haga.
Yo rozo situaciones de este tipo a diario y, a parte de agotadoras, son tan cansinas que no merece la pena ni disgustarse. Aynssss, ojalá  se acaben las situaciones que dan dolor de barriga.

Suerte con el inicio de la semana

Y Benaventanos míos, ¡Viva la Virgen de la Vega! Feliz día de la Veguilla. Viva benavente.

Besos,
Luna.

4 comentarios:

  1. A veces las normas que nos ponen rayan en la absurdez mas absoluta!!besos

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  2. Siempre he pensado que quien las pone no las sufre por eso piden tantas tonterias. Besos

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    1. Pues luego las sufren,...mira el exs Ministro aprovador de la ley de violencia de género,....se la ha comido doblá......

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