Me hicieron el siguiente encargo: a la novia le gustan los atardeceres y se casa al lado del mar.
Empecé a pensar en mi Tera, mi tierra con esos colores al atardecer. No sé muy bien por qué, debió ser porque ayer fue el aniversario de mis padres (¡y de los padres de mi amiga Situs!).
Me encanta el Tera y soñar con sus Atardeceres.
Me puse a pensar que, a partir de ahora, tendrían todos los atardeceres del mundo para ellos. Para sentirlos de verdad y vivirlos.
Sentí envidia y felicidad. Por Siempre Jamás estarán en vuestras vidas y me sentí tranquila.
Me gusta pensar en los aleteos y en los nervios de pasear de la mano. De ir por la orilla, de rozar el agua con las yemas de los dedos y de ese olor a verde que se desprende entre las hojas. Sentir frescor, hablando entre los árboles, de sentarte en la hierba y tocar la arena con los pies.
Éste es uno de nuestros Ramos Internacionales, se ha ido a Colombia y se casó en la playa. Una boda playera que estoy deseando ver.
Es un ramo que desprende sentimientos entre rosas y naranjas con destellos morados.
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