Praga y la casa de la Alquimia, Kafka y Kepler.

Lingas y yo, cuando organizamos viajes, solemos hacer cosas "conjuntamente" que no tienen porqué gustarle al otro y no, no vamos de tiendas de ropa (aunque fuimos a jugueterías de juegos matemáticos y educativos).

 

Pero tienes que reconocer que si no te gusta la ópera y Te hacen ir a la Ópera es un coñazo infumable, máxime cuando los subtítulos vienes en "chequés" (es como dice Hugo que hablan por esos lares). Por eso vamos a los mejores restaurantes en Praga con Carta en Castellano, jajjajaja.
Algunas cosas que quiere hacer uno, valen por dos que se puede pedir el otro.

 

Yo en este viaje quería ir a la Ópera, quería ver cosas de personajes excéntricos (no sé por qué... Jaja), ver algo de Kepler (me encanta la Astronomia, pero por el tema UFO, zombis y extraterrestres, lo sé, soy súper normal) y Praga es una ciudad increíble para ello. Saber dónde escribió Kafka el Proceso (no, no es la metamorfosis sobre lo que quería ver)  y si podía hacer la rutilla de dónde nació, vivió estudió y demás me venia genial, esas cosas las marco en las guías y él no lo sabe, pero vamos por una calle u otra y acabo viendo mis chorradas varias sin perder uno de mis vales de cosas que quiero ver. Su museo me la pelaba, pero acabamos entrando, detalles del Pichu, que a veces tiene estas pequeñas cosas, pero amos, que ojalá no hubiera ido, creo que sabía más cosas del autor que lo que vimos en el museo. Al menos vimos la tienda con cosas que me encantan, esas tiendas museo, ya veréis cuando esté en el Thissen con mis "Mininas". Y la tienda del Mucha también me gustó, mucho más que el museo, pero si vas pues al final lo quieres ves.

 

Cuestión, que me disperso.
 

Quería ver  también una de las mejores casa de Alquimia del mundo, además, la casa más antigüa de Praga según la Unesco, que sabía estaba en Praga (me encantan todo tipo de misterios, desde las pirámides pasando por los viajes astrales). Estaba conservada en plan cápsula del tiempo, como la que ha aparecido en París hace poquito, que se la encuentran de repente un montón de años después sin tocar nada y que luego, con alguna que otra cosa, reconstruyen para ambientar y sacar unas perras a los turistas, pero puede ser increíble y con la magia y esencia de hace mogollón.

 

El Pichu alucina con las cosas que quiero ver en las ciudades, léase, librerías o bibliotecas. La mejor biblioteca, para mi ya, es La biblioteca más increíble que veré en mi vida...
 

 

También me gustan cosas de anticuarios.

 

 

 

Y por supuesto, La casa de la Alquimia. No, no venía en la guía y no lo sabía por eso, pero moló todo, menos mal. Aunque me costó muy caro, la verdad, ya os contaré lo que me tocó hacer a mí...

 

La encontramos de milagro, porque es una tienda sin más y se denomina  museo Speculum Alchemiae y si no vas avispadilla te la pasas o no entras.

Parece una farmacia, pero entra y pregunta. Te atenderán sin problemas, son gente encantadora (eso sí, todo en un perfecto inglés porque el "chequés" aún no lo controlábamos, jeje).
 

 

Hastalska 1, Praga 11000, República Checa

 

Horario: diario de 10:00 a 18:00 hrs.

Precio de entrada: Adultos 200 CZK // Estudiantes y Gente Mayor  150 CZK // Niños 70 CZK // Famila 500 CZK.
Email: info@alchemiae.cz
Tel.: +420 773 645 234
www.alchemiae.cz

Hicimos la visita y es...
 

¡Mágica!
Tiene el típico armario de Harry Potter.
 

Hasta restos de cristales que utilizaban para fabricar sus propios matraces.
Conductos, pasadizos, escritos, hierbas, pócimas,...
 

Aprendí cosas que no sabía. Tampoco os la voy a destripar y os dejo lo mejor por si podéis o queréis ir y hacer algo diferente.
 

Me compré el elixir de la eterna juventud, vamos, una cremita antiarrugas (que debería de dármela ya, jajaja).
Ah, y creo que tengo el secreto de convertir el metal en oro, os he dicho que soy la nieta del chatarrero, ¿no? pues me voy a forrar con tanto hierro que reboso.

 

Los misterios sobre la Alquiminia en Praga son increíbles. Vale, lo reconozco, también me pirran las leyendas y fui a la Casa del Fausto e intenté ir a la casa de mi autor de música preferido (no, a casa de David Summer no,jajajja), me refiero a música cláscia, pero estaba cerrada y no cuadramos horarios (parece que no he sido la única que se quedó con las ganas de ver la casa de Dvorak).

Otro día os sigo contando cosas maravillosas de esa ciudad.

Besos.