Yo lo digo mucho.

Como soy muy bocas, hablo mucho, pero lo hago para lo bueno y para lo malo.
Soy mucho mucho de dar besos, besos porque sí, de agarrar, de acariciar, de acurrucarme y achuchar y de decir cómo me siento, de decir lo que me gusta de la gente y lo que no.
 

(Fuente: todoenfrases-ma.blogspot.com.es)

 

Si alguien me cae mal y luego bien, también se lo digo porque no me gusta quedarme con las cosas que siento cuando aprecio a la gente, cuando me callo es que paso y me da igual el de enfrente, es como mi indiferencia.
 

Hugo tiene poquitas cosas mías y espero que algunas ni las tenga, aunque creo, por desgracia, que las va a tener.

 

Una de las que tiene y más me gustan es lo directo que es, aunque sea malo y le pueda acarrear problemas, quiero que no lo pierda, ni quiero modificárselo, no quiero que pierda lo espontáneo.

 

Es capaz de decirte, según te levantas, que te huele a peste la boca o de decirte que tienes el pecho más precioso del mundo, así es él y así soy yo, pero sólo con la gente que quiero.

 

Me encanta oírlo, no porque te bailen el agua (yo no lo necesito y además odio el peloteo), pero me encanta que me diga lo que le gusta y lo que siente, te dice que son geniales los planes que le haces, que es feliz y que le encantaría estar a mi lado todo el rato, que me quiere y que canto fatal, jajaja.

El sábado me vino a ver al Husa Princesa y me dijo que quería ganar dinero para comprar uno de Mis ramos. ¿Te imaginas que no le hubiera enseñado a decir lo que siente o piensa? Me hubiera quedado sin oír una de las cosas más preciosas que me dirá nunca y él se hubiera quedado sin hacerme tan feliz.

Besos.