Ven, te acompaño. aunque no puedo hacer nada.

Sólo se necesita eso.

¿Nos ayudamos en lo que podemos? De verdad, sin que te lo pregunten, sin que te lo digan. Porque sabes que puedes y porque sólo tienes que perder un poco de tiempo, a veces es una llamada, otras es un papel, un segundo de tu vida y ayudas a alguien que de verdad lo necesita, no necesita gritar sólo puede bajar la cabeza y sabes que está mal, que necesita algo y además sabes lo que es. Alguien que quiere ser escuchado, alguien a quien le duele algo, alguien que necesita un abrazo o un consejo. Lo sabemos, lo sentimos. No seas egoísta, no pienses en ti, ayuda en tu medida, que puedes, cuesta, es muy gratificante lograrlo. Pero cuando tú podrías hacer algo y no lo haces, te conviertes en un poco más mierda y haces que por aquí se viva peor.

 (Foto de Voa noticias)

Quítate la pereza y ¡muévete, coño!
Podemos, de verdad, y podemos moverlo todo de un modo u otro, aunque sea por tranquilidad propia o por puro egoísmo de sentirte mejor persona. Pero, aún así, te hace sentirte fenomenal y no tener remordimientos de conciencia de yo no puedo hacer, no está en mi mano. ¡Los cojones!, en nuestras manos tenemos el mundo, el nuestro y el de mucha gente cercana y podemos, claro que podemos, y al menos lo intentamos leche, a nuestro nivel, a nuestro límite, sin más, siendo nosotros.

 

Es muy triste, pero te alegra. Es la mezcla esa que te dejan las cosas incomprensibles que hacemos que sucedan en esta mierda de maravilloso mundo.

Besos.